La identidad cultural de un país es siempre el sello que marcará la pauta para después tomar una línea de contexto y marco temporal en la historia de una nación. La obra de Rogelio Luna Zamora, es un claro ejemplo de como es que la industria del tequila forma parte de la cultura mexicana, ya que una bebida tan identificable y emblemática siempre será punto de referencia para ubicar en tiempo y forma a nuestro país; además, el contexto que rodea el procesamiento artesanal nos lleva de la mano por tiempos y lugares clave en la historia de nuestra nación, tales como son: la formación de grupos de poder en torno a la industria tequilera, la jerarquía y establecimiento de poder en los hacendados y sus “esclavos” campesinos, la consolidación de las regiones actuales de Jalisco y la diversificación de clases, mercado y capital en ese entonces.
Nuestra historia se sitúa en el México antiguo, donde los industriales, rancheros y campesinos son los principales personajes de los acontecimientos. El Porfiriato aparece poniendo orden en las regiones urbanas y rurales y la élite empresarial termina con las aspiraciones de los “poseedores y trabajadores de la tierra”; el agave es el tema en donde giran los asuntos que nos importan y es claro ver como se desenlazan historias de este punto central.
Aparece el ferrocarril, los latifundios y finalmente la evolución comercial impulsa a esta industria a lanzarse a los campos internacionales y las familias productoras se convierten en empresas establecidas apoyadas por el gobierno y en algunas ocasiones por poderíos extranjeros visionarios que se querían apoderar de la mina de oro mexicana. El Agave.
Combinación de cultura mexicana, tecnologías españolas y una gran mezcla entre campesinos y hacendados fue lo que hizo al tequila tomar la fuerza que en la actualidad sigue teniendo, mostrándose como sello Internacional de México y la cultura misma de nuestra nación.
Nuestra historia se sitúa en el México antiguo, donde los industriales, rancheros y campesinos son los principales personajes de los acontecimientos. El Porfiriato aparece poniendo orden en las regiones urbanas y rurales y la élite empresarial termina con las aspiraciones de los “poseedores y trabajadores de la tierra”; el agave es el tema en donde giran los asuntos que nos importan y es claro ver como se desenlazan historias de este punto central.
Aparece el ferrocarril, los latifundios y finalmente la evolución comercial impulsa a esta industria a lanzarse a los campos internacionales y las familias productoras se convierten en empresas establecidas apoyadas por el gobierno y en algunas ocasiones por poderíos extranjeros visionarios que se querían apoderar de la mina de oro mexicana. El Agave.
Combinación de cultura mexicana, tecnologías españolas y una gran mezcla entre campesinos y hacendados fue lo que hizo al tequila tomar la fuerza que en la actualidad sigue teniendo, mostrándose como sello Internacional de México y la cultura misma de nuestra nación.
Por Cindy Vega, estudiante FES-Aragón-UNAM
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