Fiel reflejo de la realidad mexicana
El creador de la obra, Felipe Santander, fue un ingeniero agrónomo, lo que nos podría decir que esta obra es una autobiografía aunque no haya sido escrita de esa manera. La obra está cumpliendo 27 de años de haber sido estrenada y aun sigue en pie, con actores de calidad y guiones excepcionales. Se presenta actualmente en el teatro Sergio Magaña, ubicado en Sor Juana Inés de la Cruz, número 114 Colonia Santa María la Ribera en la delegación Cuauhtémoc.
La representación trata los problemas de corrupción, abuso de poder y explotación de campesinos, narrando la historia de un joven ingeniero agrónomo que es enviado a un pueblo para ayudar con las cosechas a los campesinos; cuando llega al pueblo, llega con ánimo de sacarlo adelante y de ayudar a que haya mas ventas y mejores cosechas, pero se va dando cuenta de que hay ciertas personas que manejan a los campesinos y que los obligan a sembrar lo que mas les convenga.
Trata de convencer a los campesinos para que lo escuchen y se dejen ayudar, pero pronto comienzan a odiarlo por sus aires de progreso. Los más poderosos comienzan a verlo como un estorbo en sus planes de manipulación de los campesinos e intentan matarlo, por lo que el pueblo se vuelve a su favor y comienzan una revolución en contra de los poderosos.
El ingeniero, llamado Cruz, interpretado por Manuel Espinoza, conoce a una muchacha en ese pueblo, de la que se enamora perdidamente, teniendo un motivo más para querer ayudar en el lugar. Juntos pasan por juntas con gobernantes, problemas de hambre y revoluciones.
El controlador supremo, es llamado Don Máximo, interpretado por Gabriel Lagos; éste se dedica a manipular a los más bajos a él y por supuesto a explotar a los campesinos para que produzcan para él y le den las ganancias que tanto anhela. Siendo el más poderoso, es él quien manda matar a quien se interponga en su camino no importando que sea Cruz o alguno de los propios campesinos.
El creador de la obra, Felipe Santander, fue un ingeniero agrónomo, lo que nos podría decir que esta obra es una autobiografía aunque no haya sido escrita de esa manera. La obra está cumpliendo 27 de años de haber sido estrenada y aun sigue en pie, con actores de calidad y guiones excepcionales. Se presenta actualmente en el teatro Sergio Magaña, ubicado en Sor Juana Inés de la Cruz, número 114 Colonia Santa María la Ribera en la delegación Cuauhtémoc.
La representación trata los problemas de corrupción, abuso de poder y explotación de campesinos, narrando la historia de un joven ingeniero agrónomo que es enviado a un pueblo para ayudar con las cosechas a los campesinos; cuando llega al pueblo, llega con ánimo de sacarlo adelante y de ayudar a que haya mas ventas y mejores cosechas, pero se va dando cuenta de que hay ciertas personas que manejan a los campesinos y que los obligan a sembrar lo que mas les convenga.
Trata de convencer a los campesinos para que lo escuchen y se dejen ayudar, pero pronto comienzan a odiarlo por sus aires de progreso. Los más poderosos comienzan a verlo como un estorbo en sus planes de manipulación de los campesinos e intentan matarlo, por lo que el pueblo se vuelve a su favor y comienzan una revolución en contra de los poderosos.
El ingeniero, llamado Cruz, interpretado por Manuel Espinoza, conoce a una muchacha en ese pueblo, de la que se enamora perdidamente, teniendo un motivo más para querer ayudar en el lugar. Juntos pasan por juntas con gobernantes, problemas de hambre y revoluciones.
El controlador supremo, es llamado Don Máximo, interpretado por Gabriel Lagos; éste se dedica a manipular a los más bajos a él y por supuesto a explotar a los campesinos para que produzcan para él y le den las ganancias que tanto anhela. Siendo el más poderoso, es él quien manda matar a quien se interponga en su camino no importando que sea Cruz o alguno de los propios campesinos.
La obra no culmina, te dan un espacio para que pienses el final, comienza la revolución y matan a Cruz y al campesino mayor. Lo que sigue, solo los espectadores pueden imaginarlo, dan pie a que cada quien piense y reflexione sobre lo que pasa en el campo en México, ya que es una realidad que no se puede negar, la explotación en el campo es real, así como el abuso de poder de autoridades que quedan inmunes ante tales situaciones.
Por: Elizabeth González Garduño. Estudiante de Comunicación y Periodismo. FES Aragón
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