martes, 20 de mayo de 2008

El país del otoño

-Fechas: 4, 5, 11, 12, 18,19 y 26 de abril; 2 y 3 de mayo
-Horarios: viernes a las 8:00 pm y sábados 7:00 pm
-Lugar: teatro Carlos Lazo de la facultad de arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma De México (UNAM), al sur de la ciudad de México.
-Costo: $100
-Actúan: Ana Ligia García, Juan Navarrete y Jacobo Atri
-Escenografía: Arturo Nava
-Dirección: Mauricio Pimentel
-Duración aproximada: 1hr 30min.
- vestuario es de Gabriel Ancira
- diseño sonoro: Rodrigo Espinosa.

Esta obra es una escenificación y adaptación del libro El país de octubre que es una colección de veinte macabras historias, entre las que se encuentran: El enano, El siguiente en la fila, El pequeño asesino, La caja de sorpresas, El viento, etc.

El país del otoño toma dos cuentos del libro de Ray Bradbury. Ambas adaptaciones tienen graves carencias, aunque la del cuento El viento, debida a Bernardo Ruiz, está más apegada a la intención de Bradbury, a pesar de que elimina a los invitados de los Thomson (aquí conocidos como Él y Ella), pero la sustitución del final hace que no quede claro. En el original, Herb Thomson sale a la puerta y escucha, entre ramalazos de viento, la voz de su amigo Allin que por fin ha sucumbido a lo que tanto temía y en esta versión, ambos cónyuges se tiran al suelo ante el insistente golpeteo en la puerta y gritan: “Han llegado”, lo que muy bien podría referirse a los invitados que esperan. En este cuento, Pimentel utiliza los videos de Ignacio Ferreyra y la voz en off de Allin (aquí El escritor) para reproducir la angustia de las llamadas del segundo y tiene momentos afortunados como el de la minuciosa y tensa puesta de la mesa por ambos cónyuges y otros no tan afortunados como en muchos movimientos carentes de sentido.
La adaptación de Salvador Montes del cuento El pequeño asesino demerita en todo la intención del original, que es extraordinariamente siniestra y de una gran ambigüedad. En lugar de mostrar los temores de Alice Lieber, la madre, desde el momento de la cesárea, de que ha engendrado a su asesino y los sucesivos momentos en que ve a su bebé acechándola con los ojos abiertos, puesto que la criatura no duerme, y los sonidos que escucha por la noche, la presenta como una odiosa mujer que rechaza a su hijito porque llora constantemente y se interpone en la relación con su marido. Se suprime la muerte de David y el horroroso final presentando al nene como un ser normal en lugar del sobrenatural engendro que detesta a sus padres porque lo privaron de la comodidad del vientre materno. Aquí también Pimentel se niega al actuar vivencial y recurre a movimientos muy gratuitos de sus tres actores, Ana Ligia García, Juan Navarrete y Jacobo Atri, en la que no es la mejor de sus propuestas.
Por Maricela Corona, estudiante FES-Aragón

No hay comentarios: