sábado, 31 de mayo de 2008

Juanita Pérez y cómo nombrar las cosas


*Juanita Pérez nombra a las cosas según una secuencia autobiográfica
*Esta colección se perfila como una secuencia autobiográfica, que va desde EU hasta Colombia
*Su pintura es el espejo que refleja el binomio indisoluble que es su arte y su vida


El Centro Cultural Casa Lamm presenta el trabajo reciente de la artista colombiana Juanita Pérez, radicada desde hace años en la Ciudad de México. Bajo el título “Nombrar las cosas”, Pérez presenta sus obras dedicadas a la mesa, un artículo que no solo es un mueble en el hogar, sino un objeto importante en la vida de cualquier persona.

La colección pictórica de esta artista colombiana se perfila como una secuencia autobiográfica que va desde Colombia hasta Estados Unidos, pasando por la Ciudad de México y Tepoztlán, que más que un recorrido en camión o avión, denotan un viaje interior. El título que ésta muestra lleva revela la intención y la búsqueda particular que la artista propone en su trabajo. “Nombrar las cosas” para lograr que existan. Es a través de las palabras y por medio de la pintura que el mundo se vuelve a nombrar, logrando al mismo tiempo construir un nuevo universo, que no sólo clasifica, sino recuerda, y define nuevamente lo vivido, lo pensado.

Casi siempre aparece la mesa como el lugar donde los recuerdos pueden ser expuestos, una mesa que también permite la exploración formal y que festeja el encuentro de las vivencias personales y de los colores que se conviertes en aromas .Pérez logra crear presencias, y compartir sus recuerdos y anhelos con tan solo reflejarlo en una mesa.Juanita Pérez estudió Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Bogotá y, en 1977, viajó a los Estados Unidos para realizar una maestría en Grabado. Permaneció en California hasta 1987, cuando se trasladó a México, donde vive y trabaja desde esa fecha. Su obra ha sido expuesta en varias ciudades y museos estadounidenses y de otros países como Suiza, Venezuela, Colombia, etc. En la exposición que se presenta actualmente, Juanita Pérez se ha dispuesto a nombrar las cosas.

Disponer sobre la mesa los sentimientos, los deseos, los recuerdos, los pensamientos impregnados de nostalgia, para poder vislumbrarlos como espectadora, como observadora que exhibe sus cuitas internas para mejor conocerse –o reconocerse– y para intentar entenderse al observarse.

Pero las mesas sirven para muchas cosas más, y por eso Juanita las elige como motivo principal en su serie de pinturas recientes. La mesa es un objeto cotidiano y un espacio vital que evoca y convoca: centro de reunión, núcleo de convivencia; la mesa testimonia tribulaciones, alegrías, confidencias, goces y penurias. Cuántas historias se urden alrededor de las mesas, En los lienzos que integran esta muestra, Juanita pinta mesas que son referencias simbólicas y meros pretextos compositivos, elevando un objeto de uso doméstico a metáfora poética.

Germaine Gómez Haro comentó: “he seguido de cerca el trabajo de Juanita Pérez Adelman desde 1951, ya hace varios años, y me resulta gratificante constatar su empeño en consolidar un lenguaje pictórico que en cada exposición denota una maduración técnica y estilística. El rigor con el que ha desarrollado su oficio queda patente en sus lienzos cargados de texturas en los que consigue el difícil equilibrio entre las gruesas capas matéricas y el colorido explosivo que han caracterizado su pintura. Su formación en las artes gráficas se percibe en su gusto por esgrafiar signos y referencias textuales entre los elementos de muy diversa índole que incorpora a sus composiciones. El resultado es una afortunada mezcla de pintura y collage donde su léxico aparentemente abstracto propone al espectador muy variadas lecturas a partir de evocaciones figurativas apenas perceptibles”.

“Juanita es una viajera incansable que recorre con pasos sigilosos su territorio interior. Su trabajo es una suerte de registro de su tránsito por los vericuetos del alma y los parajes de su imaginación. Una obra que invita a leer entre líneas, a mirar más allá de lo que se ve, a ser palpada con los ojos y mirada con el corazón. Al nombrar las cosas, Juanita medita y conceptualiza sus búsquedas y preocupaciones. Su pintura es el espejo que refleja el binomio indisoluble que es su arte y su vida”.
Por Miriam Maltos, estudiante FES-Aragón-UNAM

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