* Del miércoles 27 de Febrero al miércoles 16 de Abril de 2008
* Álvaro Obregón 99 Col. Roma, México D.F. 06700
* Centro de cultura Casa Lamm
La pintura de Ricardo Fernández nos entrega a la luz y el color renovados de los temas que él ha escogido como fuentes plásticas y de diálogo artístico: la intimidad de la expresión femenina y los espacios imaginarios. El autor registra la experiencia trasladada al lienzo de la gran dualidad hombre/mujer. Cada obra hace referencia a elementos palpables del contacto entre los compañeros sentimentales: lo erótico, lo íntimo, lo doméstico, pero también traslada, mediante su pincel, a un mundo plástico, en el que las figuras sirven para crear amplios espacios figurativos en los que se festeja el color. Podemos observar que enfatiza el uso del blanco y el rojo, para dar el mayor efecto posible, como lo podemos observar en pinturas como “El cuarto sueño” o “Barlovento”.
* Álvaro Obregón 99 Col. Roma, México D.F. 06700
* Centro de cultura Casa Lamm
La pintura de Ricardo Fernández nos entrega a la luz y el color renovados de los temas que él ha escogido como fuentes plásticas y de diálogo artístico: la intimidad de la expresión femenina y los espacios imaginarios. El autor registra la experiencia trasladada al lienzo de la gran dualidad hombre/mujer. Cada obra hace referencia a elementos palpables del contacto entre los compañeros sentimentales: lo erótico, lo íntimo, lo doméstico, pero también traslada, mediante su pincel, a un mundo plástico, en el que las figuras sirven para crear amplios espacios figurativos en los que se festeja el color. Podemos observar que enfatiza el uso del blanco y el rojo, para dar el mayor efecto posible, como lo podemos observar en pinturas como “El cuarto sueño” o “Barlovento”.
Ricardo Fernández da prioridad a la presencia femenina en sus obras que son espacios donde la mujer es un personaje que nos sugiere mensajes inciertos. La exquisitez de la mujer de Fernández Ortega nos lleva a un refinamiento, que alude y festeja a la femineidad. La expresión es un cruce entre intimidad, éxtasis y demás sentimientos que mezclados en el pincel de este pintor, dan la sensación de que sus obras son un tributo a la mujer.
La esfera doméstica en Fernández es un pretexto para congelar en el tiempo un espacio, un momento, un foco lumínico. Es su observación de las dependencias hogareñas, el artista reflexiona sobre las posibilidades cromáticas del lugar. Los espacios celebran los colores, la luz y el momento incierto. Así, en lo cotidiano no hay tiempo ni hay momento definido, sino una celebración de las formas, de las sombras y matices y la observación de lo natural.
Entre las obras que destacan en esta exposición son: “Vida Breve”, “Crisálida”, “Cortejo” y “Aceite para una mujer casadera”. En general podría decir que la exposición es excelente el autor cumple con el objetivo, transmite sentimientos y hace que el espectador se introduzca en aquel mundo que a pinceladas trata de crear.
Por Maricela Corona, estudiante de Comunicación y Periodismo FES Aragón
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