domingo, 9 de noviembre de 2008

El Museo del Estanquillo




La exposición llamada De San Garabato al Callejón del Cuajo es una recopilación de la colección de Carlos Monsivais teniendo una gran variedad de comics antiguos. Los más representativos y motivo de la exposición son “Los Supermachos” que después vienen siendo “Los Agachados” de Rius y “La Familia Burrón” de Vargas. Dos tiras cómicas muy representativas de aquel México.

Los Supermachos y Los Agachados, las series de historietas que le dieron al principio su fama, creó un universo sociopolítico que pretendía ser una parodia del México posrevolucionario. Si en Los Supermachos la acción ocurre en el pueblo de San Garabato en el que un indio ilustrado e irreverente Calzonzín es el principal vehículo de crítica y humor, en "Los Agachados" el escenario es un pequeño pueblo llamado San Chente del Baúl. Donde conviven el cacique local, jefe del PRI en la entidad, el corrupto jefe sindical, el servil presidente municipal, el cura oscurantista y sus conservadoras devotas, un tendero español y ocasionales inversionistas gringos ávidos de hacer dinero a costa de todo y de todos. Como personajes centrales Rius, alternó a un maestro de escuela y a un indio irreverente, inteligente aunque esta vez inculto Nopaltzín cuya misión era ridiculizar y denunciar los excesos, la hipocresía y la corrupción del sistema político mexicano. Ello, desde luego, haciendo referencias constantes a la actualidad de entonces y escenificando a un pueblo que es lo que es más por ignorancia y explotación injusta que por necesidad histórica.

La Familia Burrón nos introduce en la vida de una familia que vive en una vecindad ubicada en el Callejón del Cuajo en la Ciudad de México; aborda desde las diversas posiciones de los personajes temas relacionados con la vida política, económica, social y cultural del país: así roza extremos y transita de la honradez a la corrupción, de la riqueza a la pobreza. La variedad de los protagonistas y el perfil tan definido de cada uno, así como todas las cosas que suceden a diario y que construyen “la realidad nacional”, aunados a su creatividad y agudeza, son quizá los elementos que han permitido que a pesar de que La Familia Burrón cuente con miles de números publicados, las historias de cada ejemplar sean siempre nuevas y desbordantes de inteligencia, ingenio, ironía y buen humor.

Mucho antes de entrar al museo la exposición se me hacia aburrida, sin chiste, solo un montón de dibujos con globitos con mucho dialogo aburrido, pero ya adentro, con colores muy llamativos y frases divertidas me empezó a parecer interesante. Las señoritas guías que nos fueron explicando cada detalle de la exposición, la hicieron muy amena, contándonos anécdotas de los autores, un poquito de su vida y como fue que terminaron haciendo estas tiras cómicas muy cómicas.
Por Daniela Enríquez, FES-Aragón-UNAM

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