· El progreso de la maquinaria nos lleva a una disminución del pensamiento
· El humano atacándose a sí mismo
· El humano atacándose a sí mismo
México DF.- El 23 de septiembre del año en curso se realizó la clausura de la exposición de “tiny twinkling latigazos” de la pintora Alejandra Contreras, que fue presentada en la galería José María Velasco.
La exposición es una muestra individual de la joven pintora Alejandra, que configura todo un cosmos psicodélico de colores y formas abstractas y figurativas.
Alejandra utiliza el camino de la psicodelia de los sesenta para representar y dar forma muy a su estilo a términos como máquina y vacío aunado a su estética de fascinación hipnótica y monstruosa sensualidad, dando mayor intensidad a sus lienzos utilizando la técnica del collage. En su obra existe una cierta violencia hacia todo lo humano, una especie de convicción en cuanto a que el progreso, nos lleva a una disminución del pensamiento, a lo obvio.
El verdadero tema de la obra de Alejandra es la gente en su más pura inocencia, en su vulnerabilidad, en sus ambiciones fracasadas, en sus juegos y fantasías. Constantemente los animales aparecen como autorretratos o sustitutos de condiciones humanas pero vestidos en frac y representando al hombre protocolario, en especial en los cuadros de: “la tortura y los pingüinos”, “animalitos salvajes” y “estúpidos como todos”,
En sus cuadros se puede notar como ella expresa el daño que se esta haciendo el hombre así mismo, y de como no le importa acabar con su esencia con tal de conseguir un “avance” tecnológico e industrial.
La técnica utilizada y la utilización de tantos colores enriquecen bastante a la exposición, los trazos no son uniformes, pero esa es la esencia de cada cuadro, de ahí su clasificación de abstracto.
Espero que hayan tenido la oportunidad de poder haber visto y admirado esta muestra, y que se den un tiempo para visitar dicha galería, que da un espacio al arte urbano, la galería está en Peralvillo No. 55 Col. Morelos.
La exposición es una muestra individual de la joven pintora Alejandra, que configura todo un cosmos psicodélico de colores y formas abstractas y figurativas.
Alejandra utiliza el camino de la psicodelia de los sesenta para representar y dar forma muy a su estilo a términos como máquina y vacío aunado a su estética de fascinación hipnótica y monstruosa sensualidad, dando mayor intensidad a sus lienzos utilizando la técnica del collage. En su obra existe una cierta violencia hacia todo lo humano, una especie de convicción en cuanto a que el progreso, nos lleva a una disminución del pensamiento, a lo obvio.
El verdadero tema de la obra de Alejandra es la gente en su más pura inocencia, en su vulnerabilidad, en sus ambiciones fracasadas, en sus juegos y fantasías. Constantemente los animales aparecen como autorretratos o sustitutos de condiciones humanas pero vestidos en frac y representando al hombre protocolario, en especial en los cuadros de: “la tortura y los pingüinos”, “animalitos salvajes” y “estúpidos como todos”,
En sus cuadros se puede notar como ella expresa el daño que se esta haciendo el hombre así mismo, y de como no le importa acabar con su esencia con tal de conseguir un “avance” tecnológico e industrial.
La técnica utilizada y la utilización de tantos colores enriquecen bastante a la exposición, los trazos no son uniformes, pero esa es la esencia de cada cuadro, de ahí su clasificación de abstracto.
Espero que hayan tenido la oportunidad de poder haber visto y admirado esta muestra, y que se den un tiempo para visitar dicha galería, que da un espacio al arte urbano, la galería está en Peralvillo No. 55 Col. Morelos.
Diego Lara, FES-Aragón-UNAM
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