miércoles, 4 de junio de 2008

El nombre de Cuautla


Dolorosas, fraternales, suplicantes, heróicas son todas las líneas que reunió Antonio Malpica en su obra El nombre de Cuautla. Obra de plena emotividad tocada y erigida dentro de un gustoso ambiente de sencillez, simpleza que opera como sincopados golpecitos en la psique leyente, que atrapan y transmutan al lector no sólo convirtiéndolo en actor y testigo, si no en protagonista de la misma trama.


Antonio Malpica en esta obra se muestra como un escritor de la vida que aborda temas de carne y hueso, de hechos concretos, de estampas vividas. Se trata aquí de una excelsa creación literaria realizada con furia y amor, que le habla al leedor desde situaciones críticas de nuestra novela como mexicanos, hasta los tintes dramáticos de nuestro drama personal.


El nombre de Cuautla, narra el doloroso pasaje que vivió esta comunidad del estado de Morelos con la llegada de la lucha de independencia a sus tierras, latifundios donde la comunidad sintió hervir el nacionalismo dentro de su sangre, logrando así demostrar que la lucha se debe hacer con el corazón. El presente libro, es sin lugar a dudas la muestra de que la historia puede dejar atrás la solemnidad, pues en estas paginas héroes de nuestra independencia como Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros y el cura José María Morelos y Pavón se mezclan en la vida de Bruno Bellini, un chico de 15 años que se enamora de su prima, motivo por el cual termina comprendiendo la validez del movimiento insurgente.


Sin más, en este libro, pleno de terrenalidad, Malpica tiende su mirada más allá de las palabras con las que se escribe nuestra historia, pues con este libro se expone lo que todos llevamos en nuestro corazón, que hay muertos que no acaban de morir.

Malpica Antonio, El nombre de Cuautla, México, SM-Conaculta, 2005, Gran Angular
Por David Romero Tapia, estudiante de Comunicación y Periodismo, FES-Aragón

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