miércoles, 4 de junio de 2008

Pedro Páramo


Esta obra del escritor jalisciense, Juan Rulfo, trata acerca de Juan Preciado quien por deseos de su madre, Doloritas, va a un pueblo llamado Comala para buscar a su padre, el cacique que los abandonó, Pedro Páramo. El lugar se convirtió en una comunidad abandonada, fantasma, y todo a consecuencia de los actos de don Pedro, como violaciones y asesinatos.


Desde que Juan Preciado va en camino se va encontrando con personas extrañas, quienes en realidad están muertas. En un principio coincide con un arriero, Abundio, que resultó también ser hijo, pero de los muchos no reconocidos, de don Pedro. Este le comenta que don Pedro ya falleció, también le dice donde puede encontrar a una señora, Eduviges, para que le dé hospedaje, al llegar a la posada la señora le pregunta que quién lo mandó y al decirle que Abundio ésta le explica, con la mayor tranquilidad, que es un alma en pena, así mismo le dice que Doloritas le había avisado de su visita, por lo que Preciado se extraña puesto que su madre ya había muerto.


Posteriormente Juan se va enrolando con muchas ánimas, creyendo que eran seres vivos, mismas que le platicaban parte de su pesar y que gran parte de culpa de este la tuvo su padre. De tantas impresiones y del miedo Juan preciado muere, pero la historia continúa siendo narrada por él desde la tumba, la cual comparte con otra difunta que conoció a don Pedro y que le conseguía mujeres a su hijo reconocido Miguel Páramo. Ahí sepultadas sus almas, podían escuchar las palabras de otras como por ejemplo la de Susana San Juan, la última esposa de don Pedro.


Por otro lado se cuenta parte de lo que fue la vida del cacique, a quien le mataron a su padre y por eso vivía matando gente por pura venganza. A don Pedro le tocaron tiempos difíciles como el porfiriato, la revolución mexicana y la guerra cristera. En esos tiempos lo que importaba era la tierra y la mercancía adquisitiva, el dinero, había tantas carencias que hasta el cura del pueblo por monedas perdonaba las atrocidades del tirano.
Rulfo Juan, Pedro Páramo
Por Clara Edith Reyes Rojas, de la carrera de Comunicación y periodismo, FES Aragón-UNAM

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