De Martín Luis Guzman
Se trata de una novela histórica que inaugura en México la veta de la novela política. La prosa de Martín Luis Guzmán se ha calificado como una de las mejores de México. Los arquetipos del general Ignacio Aguirre, el ministro de gobernación Hilario Jiménez y Axkana González anticipan los personajes dictadores de novelas posteriores
Ignacio Aguirre, Ministro de la Guerra, quien siempre cumple los deseos del Caudillo, a poco tiempo de la sucesión del poder, decide dejar su candidatura y renunciar a su puesto de ministro ya que se decepciona del Presidente pues él apoya a su contrario, Hilario Jiménez, quién arremete contra la candidatura aguirrense, guiado por el presidente, ordena el secuestro del mejor amigo de Aguirre y diputado, Axcaná, un hombre sincero y honesto como ninguno, el aconseja y ayuda en su labor al Ministro.
El Caudillo a poco tiempo de la renuncia nombra a un nuevo Ministro de Guerra, el General Martín Aispuro e hizo otras designaciones en operaciones políticas, todos del partido Hilarísta para que así fuera más rápida y fácil su elección.
Sin embrago, no fue suficiente, organizaron un complot para deshacerse de todos los que estaban del lado de Aguirre, matándolos poco a poco. Aprovecharon una junta en la Cámara de diputados, estarían reunidos los Aguirristas y los Hilarístas, todos con los ánimos calientes. Los Hilarístas matan a todos menos a Axcaná quien es testigo de los hechos.
Se trata de una novela histórica que inaugura en México la veta de la novela política. La prosa de Martín Luis Guzmán se ha calificado como una de las mejores de México. Los arquetipos del general Ignacio Aguirre, el ministro de gobernación Hilario Jiménez y Axkana González anticipan los personajes dictadores de novelas posteriores
Ignacio Aguirre, Ministro de la Guerra, quien siempre cumple los deseos del Caudillo, a poco tiempo de la sucesión del poder, decide dejar su candidatura y renunciar a su puesto de ministro ya que se decepciona del Presidente pues él apoya a su contrario, Hilario Jiménez, quién arremete contra la candidatura aguirrense, guiado por el presidente, ordena el secuestro del mejor amigo de Aguirre y diputado, Axcaná, un hombre sincero y honesto como ninguno, el aconseja y ayuda en su labor al Ministro.
El Caudillo a poco tiempo de la renuncia nombra a un nuevo Ministro de Guerra, el General Martín Aispuro e hizo otras designaciones en operaciones políticas, todos del partido Hilarísta para que así fuera más rápida y fácil su elección.
Sin embrago, no fue suficiente, organizaron un complot para deshacerse de todos los que estaban del lado de Aguirre, matándolos poco a poco. Aprovecharon una junta en la Cámara de diputados, estarían reunidos los Aguirristas y los Hilarístas, todos con los ánimos calientes. Los Hilarístas matan a todos menos a Axcaná quien es testigo de los hechos.
Por Sugey Sánchez, FES-Aragón-UNAM
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